Mi prima conchita
Pasados
unos minutos, ella se sentó junto a mí. Hablamos un minutito hasta que
ya notándose su grado de licor, me dijo que había pasado en el baile.
Yo sabía a que se refería, pero me hice el loco. Nada, dije yo. ¿Nada?,
yo sentí algo, me dijo Ariel. Yo en ese momento, como se lo imaginaran,
estaba a estallar. Mi pene a gran escala me estaba estorbando. Creo que
ella se dio cuenta, y con una sonrisa picarona me dijo: dale, dime, que
te pasó en la pista.
Yo bajaba la mirada de vez en cuando para
verle sus senos por su escote, su vagina robusta, pero lo que quería
era ver y tocar su culo. Ella seguía con la misma preguntita, pero me
armé de valor y le dije: Ariel desde que te vi no he podido dejar de
pensar en ti, en tu cuerpo, tu cara (mentiras), en tu voz (mentiras),
en tus ojos (mentiras), pero lo que más me gusta de ti es tu cola...
sexo gratis dije cola para no quedar grosero. Ella sonrió a carcajadas y me dijo:
yo se, ¿crees que no te vi viéndomelo?. Eso me dejó frío, su picardía
me dio una vuelta.
Čestitamo!
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